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Información para pacientes

Refracción en el niño

La refracción en el niño difiere ampliamente de la del adulto. El niño nace con un sistema visual completamente inmaduro, muy poco desarrollado, que irá modificándose con el crecimiento y con el tiempo, adquiriendo la funcionalidad del adulto alrededor de los 6-7 años. “Aprender a ver” es una de las principales actividades que desarrolla el recién nacido en su primer año de vida. Alrededor de la sexta semana de vida, comienza a desarrollarse y a madurar la fóvea, zona de la retina que le permitirá al niño ir aumentando su agudeza visual y mejorando su relación con el entorno, hecho que se produce principalmente, en los dos primeros años de vida. La experiencia visual de esa etapa resultará crucial en el desarrollo visual del niño.
No es necesario que el niño conozca las letras o sepa leer para poder ser evaluado refractivamente. Existen muchas maneras de evaluar la agudeza visual y de conocer el
estado refractivo de un niño pequeño.
Es indispensable que el niño reciba sus controles oftalmológicos antes de iniciar su escolaridad primaria (recomendación de la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil) Calendario oftalmológico
– Recién nacido (antes de las 6 semanas)
– 6 meses
– 1año
– 3 años
– 5 años

De esta manera, la detección precoz de un problema visual en un niño permitirá una rehabilitación visual parcial o total. Detectando a tiempo y tratando correctamente los problemas refractivos, se evitará la ambliopía (conocida como “ojo vago”), que se define como la falta de desarrollo de la agudeza visual debido a la falta de estímulo o a un estímulo visual insuficiente durante el período crítico de desarrollo. La ambliopía es la causa más común de discapacidad visual monocular en niños y adultos jóvenes, y las principales causas de ambliopía corresponden a los problemas refractivos no corregidos y al estrabismo (desviación de uno o de los dos ojos)

El examen del recién nacido debe ser realizado siempre por un oftalmólogo, ya que no sólo debe observarse el “reflejo rojo”, sino que también debe realizarse fondo de ojo bajo dilatación, descartando patologías congénitas, algunas de ellas muy severas como puede ser un retinoblastoma (tumor intraocular más frecuente en la infacia)
A los 6 meses, cuando el niño ya se sienta y sostiene la cabeza, se deben evaluar las dos primeras manifestaciones del desarrollo visual: fijación y seguimiento. También debe observarse el alineamiento ocular, descartando la presencia de estrabismo o desviaciones oculares.
En el examen del año, de los 3 años y de los 5 años debe siempre evaluarse la agudeza visual y la realización del examen refractivo bajo cicloplegía (fondo de ojo con dilatación pupilar)
Posteriormente el examen debe repetirse cada año hasta pasada la adolescencia.

La prescripción de lentes en un adulto responde siempre a una necesidad visual objetiva: disminución de agudeza visual de lejos o cerca. En cambio, en los niños, muchas veces la indicación de una corrección óptica no sólo obedece a menor agudeza visual, sino también la indicación óptica puede corregir estrabismos, mejorar la visión binocular, y principalmente tratar y evitar la ambliopía. Es decir que los lentes en niños cumplen no sólo con un rol “correctivo”, sino también con un fin terapéutico.

¿Cuándo indicar lentes en un niño?
Antes de indicar una corrección óptica se debe determinar la necesidad o requerimiento visual del niño, el riesgo de ambliopía y el posible efecto terapéutico de la corrección óptica en los casos de estrabismo.
Siempre se debe realizar el examen bajo cicloplegía.
Los vicios de refracción son hipermetropía – miopía – astigmatismo.
Se llama anisometropía a la diferencia de corrección óptica entre uno ojo y el otro.
Se debe tener especial cuidado cuando la refracción de ambos ojos es distinta, sobre todo si la diferencia es astigmática o hipermetrópica. Diferencias entre ambos ojos mayores a 1 dioptría de hipermetropía o 1,5 dioptrías de astigmatismo son potencialmente ambliogénicas.

Resulta fundamental para una buena refracción en niños tener siempre en cuenta lo siguiente:
– Realizar todos los exámenes correspondientes en tiempo y forma
– Realizar siempre el examen refractivo bajo cicloplegía (dilatación pupilar)
– Conocer y respetar el proceso normal de desarrollo visual (emetropización)
– Tener siempre presente la posibilidad latente de ambliopía

Colaboración: Dr. Guillermo Gomez. Médico Oftalmólogo